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Nunca fui así, nunca puse mis sentimientos a flor de piel, nunca fue conmigo eso del llorar, soy la que se seca las lágrimas en medio de la oscuridad de una sala de cine, yo soy la que se lo que pienso y lo que siento, soy muy capaz de llorar dos horas seguidas en medio del silencio, porque a veces es el único remedio para el dolor verdadero, aunque duela, aunque destroce, aunque queme por dentro,jamás dejé, ni dejaré de sonreír. Sonrío, siempre, con mi mejor sonrisa, siento si molesta a alguien, en verdad no lo siento, siempre me importó demasiado poco lo que pensasen los demás, sería capaz de ir a un entierro con los labios rojo fuego y salir de fiesta en chándal, claro que me pierden los tacones bonitos y los bolsos con personalidad, de la misma manera que me pierden las personas con personalidad, pues lo importante va por dentro. Por dentro se que te llevo en el corazón. Por dentro soy todo un mundo, un caso perdido quizás, mi propio criterio es mi religión, creo en mí por encima de todas las cosas, aborrezco la hipocresía, la infantilidad, y la intolerancia junto con todas las tradiciones humanas carentes de sentido. Puede que mi mayor defecto sea confiar plenamente en el ''todo fluye'', en creer que puedo con todo y que no hay tormenta imparable, pero soy así,  fuerte, y aún mas fuerte hacia el exterior.  Termino estas pinceladas confesándoos que mas de una vez habeis sido víctimas de mis sonrisas, que lo que estos ojos verdes esconden a cada momento, muy pocos lo saben. Sonrío para pintar de esperanza la realidad y porque un día, alguien se enamoró de mi sonrisa.